DOBLE TRABAJO, DOBLE PAGA

Pulsa en Leer más…

Una vez se le acercó a Isócrates un joven que, con gran derroche de vanas, pidió ser admitido como .
Se dice que Isócrates lo admitió, pero quiso cobrarle el doble que al resto de los alumnos. Ante las protestas del candidato, el maestro repuso: “Contigo el trabajo es doble: a ti debo enseñarte primero a callar y, cuando hayas aprendido esto, a hablar correctamente”.