El culto a la Virgen del Consuelo data del siglo XI. Es la patrona de Turín y de Piamonte. Es venerada por muchísimos fieles que le imploran gracia y consuelo. También es la Madre inspiradora de los misioneros que, en su nombre, se empeñan en llevar el Evangelio por todo el mundo. Pretenden llevar al mundo el auténtico Consuelo que es Jesús, el Evangelio y con ello su presencia. Se dedican a la Misión de forma total profesando la pobreza y la obediencia en el espíritu de la beatitud evangélica.