Nació en el año 1195 en Nimes (Francia) y murió en el 1230. Trabajó como sacerdote en su localidad natal e hizo su Apostolado como misionero y como soldado que luchaba con su predicación contra la herejía. Cierto día, Santo Domingo de Guzmán lo libró de un atentado que iban a cometer algunos miembros de esa herejía. Desde entonces, los dos trabajaron juntos en la misión de extender el Evangelio a gente pagana. Se hizo dominico y llegó a ser superior. En París creó la primera fundación de los Dominicos. Los hermanos lo tenían en alta estima y cariño. Una vez, las hermanas Cistercienses de Garrigue le invitaron para que predicara una misión. Entonces cayó enfermo y murió. Hasta la Revolución Francesa hubo peregrinaciones a su tumba.