Nació y vivió en Constantinopla entre los años 399 y 453. Fue santa y luchó en los ambientes políticos y religiosos de su tiempo. Con 15 años la proclamaron augusta y la nombraron tutora de su hermano Teodosio. Tuvo que hacer frente al monofisismo y, para ello, pidió ayuda al Papa León I para que interviniese en la destitución que habían hecho de los obispos católicos con el fin de mantener viva la ortodoxia. Se casó con el general Marciano para colocarlo al frente del imperio. Convocó el concilio de Calcedonia con el que condenó el monofisismo y devolvió la sede a los obispos desterrados, echó fuera a los herejes y derrotó al propio Atila.