Escrito por George Eliot, seudónimo de la escritora inglesa Mary Ann Evans en 1860:

  • «Nunca podríamos amar tanto la tierra, si no hubiéramos pasado la infancia en ella».
  • «Sus pensamientos eran, por lo general, una mezcla de aguda perspicacia y descabellados sueños».
  • «La promesa fue vana como tantas otras dulces e ilusorias promesas de nuestra niñez».