Muerto el perro se acabó la rabia 

Una familia trata de hacerse sitio en la Playa de Gandía.
 Mamá, cargada con cubos y rastrillos, con la comida a cuestas y tres niños pequeños se ha ido haciendo paso. Papá, con la esterilla y un par de niños se ha quedado rezagado, y además distraído. 
La madre le llama: 
– Pepe, ¡Peeepeee! 
Pepe, panzón, calvete y con gafas gruesas se ha parado y está distraído «mirando el panorama»; no oye a su mujer… 
Ella deja a los niños y avanza rápidamente hacia su embelesado marido. 
Hay tensión en el ambiente. Al llegar, quita las gafas a Pepe al mismo tiempo que le dice decidida: 
– Ya está: se acabó. Muerto el perro se acabó la rabia.
 Y Pepe la siguió dócilmente mientras ella, triunfal, llevaba las gafas en la mano.
Pureza. Suprimir la ocasión.