Oración de petición ante la sequía

Siempre habrá escépticos: la fe no es para todos… Pero sabemos que las procesiones y rogativas para pedir lluvias han sido fructíferas, sin que puedan llamarse milagros. Y además, la fe mueve montañas.

A continuación sigue un elenco no exhaustivo de historias varias de petición de lluvia…

Las Rogativas en Cartagena, ciudad insigne de la provincia de Murcia

En la rogativa de 1761 ocurrió un suceso trascendental, la lluvia no cayó tras la procesión de la Virgen del Rosell y los Cuatro Santos, y en cambio el aguacero se presentó torrencialmente al sacar a la nueva imagen napolitana de la Virgen de la Caridad que había llegado a la ciudad el 17 de abril de 1723. Ante lo sucedido la población decidió aclamar a esta imagen de la Virgen de la Caridad por patrona de la Ciudad. Todo ello sucedió en Cartagena en donde, en la actualidad,  la Virgen del Rosell es Patrona Oficial y la de la Caridad Patrona Popular

Las rogativas no es solo cosa del pasado, el 13 de mayo de 1945 en Madrid, sacan a la calle el cuerpo incorrupto de San Isidro para implorar al cielo que llueva. La sequía que asolaba todo el país era insufrible y el Gobierno decide exhibir en la calle el cuerpo de San Isidro Labrador, patrón del campo, siendo presidida la procesión por la representación del Jefe del Estado, el ministro de agricultura, y acompañándole un amplio número de autoridades eclesiásticas, civiles y militares. No nos dicen si llovió.

Se conjuraba también con las campanas, principalmente para reclamar a los cielos la tan ansiada lluvia, y la bendición de las cosechas. También se utilizaban para ahuyentar todo tipo de males: desde epidemias hasta las nubes tempestuosas que pudieran traer las temibles granizadas, las lluvias torrenciales, y las inundaciones desastrosas para el campo.

Que llueva, la Virgen de la Cueva

La fama milagrera fue en aumento. Una popularidad que se vio impulsada por las masivas romerías y rogativas que realizaron los lugareños implorando lluvia para los campos en tiempos de sequía. Episodios, concretamente treinta y cinco traslados desde Cueva Santa a la localidad de Segorbe, entre 1627 a 1992. Unas comitivas en las que se creó y difundió la conocida tonadilla “Que llueva, que llueva…la Virgen de la Cueva” y que fueron inmortalizadas en las zarzuelas de Chueca y Valverde.

SALVE A MARÍA SANTÍSIMA EN SÚPLICA DE LLUVIA

Salve Virgen Pura de la Piedra Madre

riéganos los campos que hay necesidades.

Salve te saludan el hombre y el ángel

el cielo y la tierra los ríos y mares.

El agua os pedimos ahora en este trance

que sin ellos todos pereceremos, Madre.

Los niños suspiran las gentes dan ayes

y los pobres lloran desventuras tales.

Agua, Señora, agua, nuestro efecto alcance

despidan las nubes copiosos raudales.

Piadosa Señora la falta que hace

el agua a los campos para remediarles.

Cándida Paloma no nos desampares

oye los lamentos de estos miserables.

Mirad, Madre nuestra, a vuestros amantes

que lloran por agua a gritos constantes.

Si el pecado es causa de todos los males

la virtud nos libre de tantos pesares.

Clamad por nosotros Reina, Virgen, Madre,

que en copiosas lluvias el cielo se rasgue.

Remedia los campos Señora, regadles

con agua del cielo que falta les hace.

Rogad a vuestro Hijo, Santísima Madre,

nos envíe el agua ahora en este trance.

Todo el pueblo llora, pequeños y grandes,

por lograr el agua de tu Hijo inefable.

Los campos se secan Soberana Madre, 

los pobres son muchos remedia sus males.

Ea, Madre Nuestra, cesen los pesares

llueva el cielo, llueva baje el agua, baje.

Pobres de nosotros cuando el pan nos falte,

moriremos todos al rigor del hambre.

Los ríos se secan, las plantas se caen,

las fuentes no corren, las hierbas no nacen.

Oh Clemencia! Oh Pía! Oh Cándida Ave!

Oh Reina del Cielo!, tu Piedad nos salve.

Para que en la gloria podamos cantarte.

Virgen de la Piedra SALVE, SALVE, SALVE.

Otras rogativas, aquí…

San Antón, agua en borbotón

y

San Marcos era otro de los Santos a los que se pedía agua. Cuando comenzaban a caer las primeras gotas, si se pensaba que no llovería suficiente, los niños cantaban:

Agua, San Marcos,

rey de los charcos,

para mi triguito,

que ya está florido;

para mi sandía,

que ya está florida;

para mi melón,

que ya tiene flor.