Nacida en el siglo III en Toledo (España). Bajo el duro gobierno de Daciano, inspirado en el césar Galerio, los cristianos son masacrados en la península Ibérica. La joven Leocadia, casi niña, fue llevada al tribunal del gobernador. Llevada a la cárcel en condiciones inhumanas, muere sin derramar sangre tal día como hoy hacia el año 304. El culto a la santa se inicia ese mismo siglo, una vez finalizadas las persecuciones, y se construye una basílica, mejorada tres siglos más tarde. Sus reliquias se conservan en la Catedral.