“Dejarse dominar por la tristeza es cosa de Satanás. ¿Sabes qué sale de la tristeza?: la sensualidad. Si estáis tristes, id enseguida a hablar con vuestro director. Que os ayuden a investigar lo que pasa, para que retorne la alegría. Siempre hay un motivo humano –una debilidad fisiológica, una enfermedad- o un motivo sobrenatural. Entonces se pone el remedio, y ya está. ¡No os quiero tristes! El Señor no os quiere tristes ni a la hora de morir. ¿Está claro? Pues que sonriáis. Pedid al Señor que yo sepa sonreír también, siempre. ¡Dios os bendiga!”

San Josemaría