En 1531, hace 477 años la Virgen María elige aparecerse en el pueblo de Tlatelolco (México) al joven azteca Juan Diego. María le anuncia quién es y le solicita la construcción de un templo en el mismo lugar de la aparición, para mostrar su amor y auxilio. El obispo no cree lo que oye del joven y le pide una señal. En una nueva aparición, la Virgen le señala a Juan Diego dónde coger unas rosas, en invierno, para llevárselas al obispo como señal. El joven las guarda en su ayate, las lleva al obispo y al soltarlas, las rosas caen al suelo y aparece dibujada en la tela la preciosa imagen de la Virgen de Guadalupe. El templo se convirtió en un importantísimo centro de peregrinaciones, impulsadas por la declaración de su patronazgo de Nueva España en 1754 y la coronación de la imagen en 1895.

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