Nace en Cañas (La Rioja – España). Es apacible de carácter y muestra cierta inclinación al estudio; quizá por eso sus padres le orientan hacia la clerecía. El obispo lo ordena sacerdote. Pero Domingo Manso llega a sentirse indigno y nota pavor porque es duro y muy difícil vivir en solitario tan sublime ministerio. Después de año y medio se retira. Ya no hay eremitas; la quintaesencia se busca en los monasterios. Entra en el antiguo y observante cenobio de San Millán de la Cogolla, tomando el hábito negro de San Benito. Los monjes de San Millán vuelven los ojos a él y le piden sea su prior, pero es expulsado del reino al defender los tesoros del monasterio frente al rey. Ya en Castilla, el rey Fernando, le encomienda poner en pie el monasterio —por entonces en ruinas— de San Sebastián de Silos que fundó o restauró Fernán González en el 909 y que sobrevive casi deshabitado. Murió el santo abad tal día como hoy en 1073. Más información en la página web del monasterio: www.abadiadesilos.es