Querido Colaborador de Cristo,

Tú has dicho “Sí” a Jesús y Él te ha tomado la palabra. La Palabra de Dios se hizo Hombre Pobre. Tu palabra dada a Dios se hizo Jesús pobre y de ahí este terrible vacío que experimenta usted. Dios no puede llenar lo que está lleno. Puede llenar sólo el vacío y tu “Sí” es el comienzo de estar o de llegar a estar vacío. Lo importante no es cuánto tenemos realmente para dar sino lo vacíos que estamos para recibir plenamente en nuestra vida y dejar que Él viva Su vida en nosotros.

En usted hoy Él quiere vivir permítale que lo haga. No importa lo que tú sientas si Él se siente bien en ti. Aparta tus ojos de ti mismo y alégrate de no tener nada de no ser nada de no poder hacer nada. Dale a Jesús una sonrisa cada vez que tu nada te asuste.

Esta es la pobreza de Jesús. Usted y yo no tenemos que dejarle que viva en nosotros, y a través de nosotros, en el mundo.

Aférrate a Nuestra Señora pues ella también antes de que pudiera estar llena de gracia llena de Jesús tuvo que pasar por esa oscuridad. “¿Cómo pudo ser esto”. Pero en el momento en que dijo “Sí”, ella sintió la necesidad de ir inmediatamente a llevar a Jesús a Juan y a su familia.

Continúa llevando a Jesús a sus hermanos, no con tus palabras, sino con tu ejemplo estando enamorado de Jesús irradiando Su santidad y esparciendo Su fragancia de amor dondequiera que vaya.

Ten solamente la alegría de Jesús como tu fuerza. Sé feliz y vive en Paz. Acepta todo lo que Él te dé y dale con una gran sonrisa todo lo que Él quiera tomar. Tú perteneces a Él dile “yo soy Tuyo y si quieres cortarme en pedazos, cada pedazo es solamente Tuyo”.

Permítele a Jesús ser víctima y sacerdote en ti.

He empezado a visitar nuestras casa en la India por eso en el tren tengo un tiempo estupendo para estar a solas con Jesús.

Rece por mí como yo hago por usted.

Suya en Jesús

(Carta de Madre Teresa de Calcuta a un sacerdote (1976), en Ven, sé mi luz, p. 334)