Siempre me preocupó mucho la dimensión emotiva de las personas y la importancia de la razón, así como la convivencia armónica de ambas. He creído que en ellas está la base de la educación. Desde mi simpatía por estos temas, resumo en diez criterios las afinidades de la experiencia pedagógica de Don Bosco con lo que hoy conocemos como inteligencia emocional.