El autor palestino nos transmite las vivencias de un día de agosto de 1982 en Beirut, mientras la capital libanesa era sometida a un durísimo bombardeo de la aviación israelí, había estallado la guerra civil, y las milicias palestinas eran forzadas a entregar las armas y abandonar el país.
«Probablemente es Mahmud Darwish el poeta árabe contemporáneo cuya obra ha seguido un proceso evolutivo mayor, no solo por lo amplio y extenso del mismo, sino también por lo complejo y hasta lo avanzado? La gama de combinaciones expresivas y mentales que brinda la poesía de Darwish es una de las tres o cuatro más ricas y fascinantes, sin duda alguna, de toda la poesía árabe contemporánea? »Yo estoy seguro de que eso es el resultado, en gran medida, de que toda la obra de Darwish se mantiene atada a la misma preocupación, al mismo motivo, al mismo tema, se nutre de él, lo empapa, lo trasmina: Palestina? »Que la obra de Darwish está indisolublemente vinculada al mismo tema, Palestina, no supone, sin embargo, que sea una obra monofacética, monotemática, clónica. Tal fidelidad, por el contrario, constituye no solo su seña de identidad inconfundible, sino también el venero y la razón de su extraordinaria variedad? »Otro gran poeta árabe contemporáneo, Adonis? acertó de pleno cuando afirmó? al referirse a la obra de Darwish: ?El único camino hacia la paz verdadera consiste en que la memoria del vencedor reconozca la memoria del vencido?». (De la Presentación de Pedro Martínez Montávez.)