La música para mí es como una bola de cristal con un mundo dentro. Mi padre cree que soy una superdotada para la música. Por eso le dijo a la directora de mi colegio que sería bonito que diese un concierto de bandoneón, que es una especie de acordeón chiquitito. A la dire le pareció de perlas. Así que ahora estoy hecha un manojo de nervios.