Hernán acaba de recibir del DF, su nueva ciudad, una muy dolorosa carta de presentación. Ni se imagina, sin embargo, lo que su futuro más inmediato le reserva todavía: cuando esté apenas comenzando a recuperarse, un en principio inocente encuentro con una mujer, vecina de residencial, se le terminará a su vez convirtiendo en el pistoletazo de salida de una aventura tan extrema e intensa como impredecible. Atrás quedará ya su hasta entonces convencional existencia. De frente, tal vez la gloria, el cielo, quizá el abismo.