Media docena de hombres, de curtidos policías. Largas noches de vela agazapados tras los matorrales en solitarias playas de la costa almeriense, al acecho de cargamentos de droga. Muchas horas de muchos días escudriñando los movimientos de personas, localizando garitos, recorriendo intrincados vericuetos de invernaderos o cañaverales, hablando con confidentes, localizando información. En unos años en que los teléfonos móviles o los GPS no eran de uso corriente, un simple detalle cogido al vuelo, el tono de una voz o la marca de un licor podían dar la clave definitiva para desarticular a una peligrosa red de narcotraficantes. Las hazañas del Grupo de Estupefacientes del Cuerpo Nacional de Policía de Almería creado en la década de los 80 del siglo XX se gestaron a base de grandes dosis de profesionalidad, sacrificio, intuición, capacidad colectiva de análisis y una lealtad inquebrantable entre ellos. Este libro narra la historia de aquel grupo que alcanzó tal prestigio profesional que incluso policías de otros países, como Francia, Holanda o Italia, requirieron su colaboración en más de un caso. Aún hoy, muchos de aquellos logros son evocados y puestos como ejemplo para las unidades policiales que se dedican a combatir el narcotráfico.