Al publicar Los Abel en 1948, Ana María Matute acababa de reforzar el llamado Cainismo iniciado por Carmen Laforet cuatro años antes con la publicación de Nada en 1944. Con esta alegoría del rencor fratricida en el que se encuentra la sociedad española de la guerra civil a la posguerra, inspirada de la historia de Caín y Abel en la Biblia, la novelista llamó la atención del público lector sobre la peligrosidad de tal psicología colectiva. Ana María Matute: introducción a Los Abel es un intento de aproximación sociocrítica a los ambientes familiar y vecinal, rural y urbano adversos padecidos por los hermanos Abel desde su infancia hasta su madurez, una perfecta ilustración de la guerra de todos contra todos.