En pleno Romanticismo, aunque con profundas raíces en el racionalismo de la Ilustración anterior, sobresale por su modernidad la atormentada figura de Mariano José de Larra. Sus numerosos artículos sobre diversos asuntos (de costumbres, de crítica literaria, políticos) ofrecen una inteligente y dolida reflexión sobre la España de su tiempo. Por la actualidad de los problemas tratados, la audacia de sus análisis, la exactitud de sus observaciones, la lucidez de sus juicios y la limpieza de su lengua precisa y clara, Larra ha elevado el periodismo a su máxima dignidad literaria. Con lo cual se ha convertido en maestro indiscutible de periodistas.