El misterio de la aparición de una civilización urbana en el corazón de México intrigó a los conquistadores españoles. Entre sus numerosas poblaciones destacaba la capital: una megapolis formada por Tenochtitlán y Tlatelolco, con grandes mercados, baños, jardines, templos, etc. La cultura azteca era la síntesis de un largo proceso de evolución cultural desarrollado sin contactos con otras civilizaciones del mundo, una singularidad que se nos presenta en este libro.