"Era indecente que en aquel jardín, entre risas y patatas fritas, los niños aprendieran a dirigir un helicóptero muy parecido en esencia al dron que había despedazado a otros niños que jugaban al balón en el complejo de Baz-el-Had y casi le mata a él también. Y, sin embargo, así era el mundo. Su mundo. Donde los boys scouts tenían en su programa disparos con armas reales pero la gente se escandalizaba por ver a un niño con un fusil en una zona de guerra. —¿Tú me quieres, Charlie? —le preguntó bajando la vista. Él no le respondió. Con un dedo, le bajó la barbilla. Su apasionado beso tendría que servir. Annie no se lo devolvió". Steve Jacques es uno de sus varios pseudónimos. Prefiere el anonimato que le permite escribir en cafeterías y terrazas, desde donde ha creado un estilo propio, a través del que establece un diálogo con el lector con un enfoque nuevo, fresco y actual de la escritura de evasión. Cree que imaginar es su verdadero refugio, el mismo refugio e imaginación compartida que ofrece a los demás a través de sus relatos. Domina el arte de saber narrar sus historias a través de