De todos los numerosos textos que el cine estimuló entre los escritores de la generación de la República, probablemente Cita de ensueños, de Benjamín Jarnés, es el más lúcido, profundo y duradero, sin abandonar el registro lúdico que el nuevo arte había inspirado en poetas y prosistas. Publicado muy poco antes del estallido de la Guerra Civil, podría considerarse el canto del cisne de aquella fascinación primera o el testamento de un intelectual que amó el cine y nunca volvió a escribir sobre él.