Después de una difícil infancia y adolescencia marcadas por la posguerra, Eladi Freixa estudia Enfermería en Barcelona. Mientras hace las prácticas de la carrera, descubre su vocación por los enfermos y a ellos se dedicará en cuerpo y alma desde que ingrese en la orden hospitalaria de San Juan de Dios, en 1968. "La mística no es un privileguio de algunos bienaventurados, sino una dimensión de la vida humana a la que todos tenemos acceso, cuando descendemos a un nivel más profundo de nosotros mismos, cuando captamos el otro lado de las cosas, cuando nos sensibilizamos ante nuestro prójimo y ante la grandiosidad, complejidad y armonía del Universo"