De doña Ana Mendoza y de la Cerda, princesa de Éboli, dijo el artista contemporáneo español Alonso de Coloma (1532-1607) que fue la única mujer 'capaz de entretejer alrededor del cuello de todo un rey una soga hecha con pasiones que estuvo a punto de acabar con un gran imperio'. Protagonista clave en ese ambiguo y para muchos inexistente Renacimiento español de la segunda mitad del siglo XVI, doña Ana de Mendoza cubre con este libro biográfico el hueco que tenía pendiente con la historiografía moderna. Heredera única de una de las estirpes más importantes de su época, los Mendoza, en sus manos también llegó a poseer una de las fortunas más grandes de momento. Hermosa, cordial, cariñosa, amable, y al mismo tiempo intrigante ambiciosa, orgullosa, o codiciosa... son muchos los calificativos que se le pueden otorgar a la princesa de Éboli, la mejor prueba, quizá, de lo difícil que resulta definir a esta mujer a la que se le han atribuido amoríos con el propio monarca y, sobre todo, con uno de sus secretarios más importantes, Antonio Pérez.