Digan lo que digan las esquelas, la vida es un fin de semana. Un viaje relámpago en el que se cruzan fugazmente la operación salida y la operación retorno. La muerte, más allá de las bioquímicas, es sobre todo una ausencia de vida. Un desgaste progresivo que conduce al bloqueo. Su punto final será el último punto de sus puntos seguidos... Con estilo desenfadado y su humor, el autor trae a estas páginas esa muerte de bolsillo que no deja vivir y un peaje cotidiano que la amortiza en cómodos plazos.