La guerra civil española fue también un enfrentamiento en el que el nacionalismo jugo un importante papel en triple sentido. Primero, ambos bandos presentaron su lucha como una defensa de la patria, frente al invasor extranjero y en consecuencia el nacionalismo pasó a ocupar un lugar importante en sus respectivas culturas de guerra. Segundo, porque durante el conflicto se elaboraron visiones contrapuestas sobre lo que era y debía de ser la nación española y su relación con el Estado. Y Tercero porque los movimientos nacionalistas periféricos, se vieron impelidos a tomar partido en una contienda cuyo origen y dinámica suponían ajenos a su especificidad nacional, y por lo tanto vivieron una buena parte de la guerra como una invasión por parte de otro identificado a menudo con España.