La obra, a la vez de narrar las angustiosas peripecias de su huida, nos ofrece un vívido esbozo de la vida cotidiana de la península ibérica al triunfo de los alzados y durante la Segunda Guerra Mundial. El hambre, el miedo y demás penurias sufridas por los madrileños, y mucho más aun si eran republicanos, también son crudamente retratados por el autor.