Por vez primera en la historia de la toponimia universal se consagra un estudio de tal magnitud al nombre de un lugar: México. Además de su significado literal, tiene uno oculto, así que la etimología es sólo el primer paso para llegar a su interpretación. Ya que el nombre de México está indisolublemente ligado con el mito de su fundación, el autor ha investigado el pensamiento esotérico mesoamericano y su simbología, con lo que hace interpretaciones nuevas y sorprendentes.