El conjunto de reflexiones que forman este libro nacen de la lectio divina, es decir, de la lectura orante de la Palabra de Dios y son un testimonio sin pretensiones exegéticas ni teológicas del amor entrañable de Dios. A través de sus páginas, el autor nos presenta una aproximación a Jesucristo como rostro de Dios amor, y lo hace de tal manera que consigue romper la cadena de prejuicios de quienes consideran el hecho religioso como algo lúgubre e inhumano, pues los capítulos del libro rezuman la felicidad que nos ofrecen las bienaventuranzas y del que sabe que trata con un Dios que es amor.