Fréderic Koenig relata la vida azarosa del pintor barroco Salvator Rosa y Ernst T. A. Hoffman se inspira en sus legendarias andanzas para escribir el cuento titulado Signore Formica. Ambas obras se incluyen en esta edición. La vida de Salvator Rosa (1615-1673), pintor y poeta, nacido en Renella a dos kilómetros de Nápoles, es contemplada desde una doble faceta. No solo es el gran pintor barroco, genio del paisaje, dibujante insuperable, contemporáneo de Ribera (El Españoleto), de Falcone, de quien aprendió la técnica pictórica de las batallas, además de escritor de poesía satírica, sino el personaje de leyenda que generó narraciones y obras teatrales. Salvator Rosa fundó la Academia de Percossi en Florencia junto al físico y matemático Evangelista Torricelli y otros personajes de la época. Su probable participación en la revuelta del pescador de Amalfi, llamado Masaniello, quien se reveló contra las autoridades españolas de Nápoles, en julio de 1647, y su vida picaresca y andariega entre Roma, Florencia y Nápoles, amén de su incursión en la carnavalesca Comedia dell’arte encarnando el personaje de Coviello bajo el nombre Formica, dan a su vida un toque novelesco, que fue aprovechado por Hoffmann para su cuento Signore Formica. Este personaje del cuento de Hoffmann influyó en la ópera Don Pasquale, de Donizzetti, y constituyó el argumento de obras teatrales del XIX.