En 1937, en plena guerra civil española, Rudolf Rocker escribió este esclarecedor documento en el que destapa los intereses políticos y económicos de los países vecinos respecto a España. Todos estaban interesados en sus recursos y en dominar el Mediterráneo desde la privilegiada situación española; todos aportaron su grano de arena en la guerra por un motivo u otro y alentaron a los generales españoles contra el movimiento revolucionario de los trabajadores, que se extendía cada vez con más fuerza y hacía peligrar monopolios e ideologías fascistas.