«Gracias a Baroja entendí que la literatura es una forma de vivir, o sea, de burlar la muerte, y aprendí a imaginar a la manera literaria», escribe el catedrático y escritor Jon Juaristi en este libro, una seria aproximación a los mundos de la imaginación, esos microcosmos o «pequeños mundos» como el de Lúzaro, que Pío Baroja creó en Las inquietudes de Shanti Andía. De esos espacios imaginarios y fantásticos, pero a la vez tan cercanos desde su infancia, el autor ha «tratado de no salir jamás».