¿Cómo definirías a una persona que sube a un coche, posiblemente, para un largo viaje, que no recuerda de dónde ha salido y que no sabe a dónde llegará? ¿Despreocupada, superficial, distraída? Puede parecer extraño, pero el «fenómeno» nos concierne a la mayoría de nosotros, distraídos por demasiados pensamientos diversos. Supongamos que el coche es nuestra identidad y el recorrido nuestra vida. Nosotros no nos damos cuenta que la existencia es como un circuito, en el que el punto de partida y el punto de llegada coinciden. Se sale del Más Allá y se vuelve al Más Allá, cada uno con su kilometraje. «Circuito Paraíso» significa, en consecuencia, el Paraíso en cuanto base de partida y de llegada para todos nosotros. Será importante activar el GPS de nombre Jesús, y recordar, constantemente, cuál es el verdadero camino que tenemos que recorrer. Si el GPS alguna vez no funciona es porque nos encontramos «fuera del camino».