A través de las representaciones pictóricas del siglo XIX, y fílmicas y televisivas desde los años treinta del siglo XX hasta la actualidad, la autora lleva a cabo una lectura del papel de las mujeres en la construcción de la memoria histórica, como objeto y como sujeto de la misma. Si bien, en lugar de realizar un estudio panorámico de la construcción del nacionalismo español, se analizan en detalle dos casos que se presentan como emblemáticos: los de la reina Juana la Loca y Agustina de Aragón, convertidas en alegorías para que las mujeres españolas se sientan incluidas en el proyecto de una nación española unida.