Se fijan y juzgan.

Fue un sacerdote a cierta casa de una familia buena, invitado a comer. En el transcurso del almuerzo vino a la conversación una visita que otro sacerdote de la misma ciudad (Alicante) les había hecho hacía poco. – Don Vicente -decía la anfitriona- sí que es un santazo: … no come nada…