Chistes familiares

¿Qué te ha regalado tu mujer para Reyes?
Una minicadena.

¿Y por qué hablas así?

Es que me aprieta un poco.


Cada 20 años que pasan, mi marido me encuentra
más interesante.

¿Es muy cariñoso tu marido?

No, es arqueólogo.


¿Qué te ha parecido mi novia?

¿Quieres que te diga la verdad, o que sigamos siendo amigos?


Yo creo que el hombre casado vive más.
No es que viva
más, es que se le hace más largo.


Juli, ¿ya te has casado?

Sí, con un otorrinolaringólogo.

Mira, igual que yo, con un vasco.


Pepe, llevas media hora con el teléfono en la oreja y todavía no has
dicho nada, ¿qué pasa?

Es que estoy hablando con mi mujer.


Mi mujer ya no come.

¿Hace régimen?

No, le he escondido la dentadura.


Pepe, mi mujer consiguió que me hiciera católico.

¿Y eso?
Yo no creía en el infierno hasta que me casé con ella.


¡Estoy desesperado! Mi mujer juró no hablarme durante dos meses.
Hombre, eso no es para que te pongas así.
Ya lo creo. Es que hoy vence el plazo.


Mi mujer y yo fuimos felices durante 25 años
¿Y después?
Después nos conocimos.


Pepe, ¿tu mujer hace siempre lo que quiere?

Siempre, con decirte que escribe su diario con una semana de
antelación.


¿Me podrías prestar cinco euros?
No tengo dinero encima.

¿Y en tu casa?
Todos bien, gracias a Dios.


Dos amigas por el desierto

¿Se suda?
Y tú cabezuda.


¿Te regañó mucho ayer tu mujer por quedarte un rato más a jugar a las
cartas?
No, total, estos cuatro dientes me los tenía que sacar.


Paco, ¡qué hijo más feo tienes!

Sí, pero no veas como pilla ratones.


Escolapio, ¿qué diferencia hay entre ser económico y ser tacaño? Mira,
si me compro para mí un abrigo barato, soy económico, si se lo compro a
mi parienta, soy tacaño.


Pepe, mira el parecido que tiene ese señor con Bertín Osborne.
Pero, si ese tío no pasa de 1’50, es gordo, lleva gafas y tiene bigote.
Vaya, si te fijas en esos detalles …


Cuando tenía 5 años me caí del 5º piso de esa casa.

¿Y no te mataste?

No sé, hace tanto tiempo que ya no me acuerdo.


Pepe, vaya niño más feo que tengo, ¿verdad?
Para niño feo el mío, que para que el perro juegue con él, mi mujer le
pone una chuleta colgada del cuello.


Yo a mi mujer le dejo hacer lo que quiera, pero ojo, dentro de unos

límites.

¿Qué límites?

Los de casa.


Pepe, sólo llevo un mes en las clases para adultos y ya me han dado
tres premios.
¿Por qué motivos?

El primero porque tengo muy buena memoria.

¿Y los otros dos?

¿Los otros dos?
¿Los otros dos? ¡Caramba, ya no me acuerdo!


Pepe, ¿qué tal ese viaje por Andorra?
Estupendo; qué
campos, qué valles, qué comercios, …

¿Y las andorranas, qué?

Pues mira, desde que me operé estoy «divino».


Mi mujer me dijo el año pasado que eligiese: o ella, o el ordenador.

¿Y qué hiciste?
Todavía no la echo de menos.


¿Es muy charlatana tu esposa?

Muchísimo.
Tengo la seguridad de que si me quedara sordo, ella tardaría por lo
menos una semana en enterarse.


En mi casa yo tomo las decisiones importantes y
mi mujer decide los detalles.

¿Qué decisiones son importantes?

No lo sé. En veinte años de casado, aún no he tenido ninguna.


Mi marido, para ganar más, se trae trabajo a
casa.
¿Y el tuyo?

No se lo permiten. Es que limpia los raíles de los trenes.


¿Por qué cree Vd. que esta fotografía de su esposa es una instantánea?

Porque tiene la boca cerrada.


Paco, mira, una piedra preciosa.

Preciosa, si es un ladrillo.

Pues a mí me gusta.


Mi marido está en su nueva empresa como pez en el
agua.

¿Y qué hace?
Nada.


Ayer soñé que Britney Spears y mi mujer se peleaban por mí. ¡Qué
pesadilla!

¿Qué pesadilla?
¿Por qué?
Porque ganó mi mujer.


Ayer discutí con mi mujer y como siempre yo dije la última palabra.

¿Qué dijiste?
¡Cómpratelo!, ¡cómpratelo!


Pepe.

¿Qué?

Me parece que tu mujer nos engaña.


Oye, Curro, ¿qué le puedo regalar a mi mujer.

Regálale un libro.

Pero si ya tiene uno.


Mi marido fue siempre un hombre muy considerado
con el prójimo.

¿Por qué lo dices, Elena?

Antes de morir, me hizo prometerle que no me volvería a casar.