Miembro de una familia noble, Alferio nació en Salermo (Italia) en el año 930. Cayó tremendamente enfermo y le prometió a Dios que, si sobrevivía, le entregaría su vida. De este modo, se hizo monje en Cluny (Francia) y en 1011 se volvió ermitaño en la Montaña de Fenestra (cerca de Salerno). Su santidad y sabiduría se extendieron por toda la región y fundó la abadía de la Santísima Trinidad. Entidad que gobernó hasta el día de su muerte, el día de Jueves Santo de 1050 (tenía 120 años de edad).