Con 15 años comienza su dolor cuando cayó patinando sobre hielo y se rompió una costilla. Entró en cama para no levantarse más y a partir de ese momento se suceden todos sus males. Le afectaron infinidad de enfermedades, pero aquella vida era un milagro continuo. El sufrimiento la llenó de espanto y era incapaz de rezar. Sin embargo, cierto día descubrió que su misión en la tierra era acompañar a Jesús en el Calvario. Desde ese momento empieza a ver lo positivo de la vida y su habitación se convirtió en un hospital de almas. Pasó al cielo el 14 de abril de 1433.