Sinergia del grupo unido

La tentación de quedar bien y de brillar en el trabajo son parte de las razones que tenemos para dar más importancia a las propias cualidades que al trabajo de equipo. Por eso se valora más el obedecer, el no figurar, el sumar y desaparecer que el ser brillante e intratable (por creerse una excepcional excepción), prepotente, desobediente, o, simplemente el lucero del alba: la estrellita del inglés, que va a la suya, y piensa que queda bien…

INFORME

Las empresas valoran más el trabajo en equipo que los idiomas

Un estudio de la Universidad Carlos III sobre las cualidades que debe reunir un recién titulado para encontrar empleo destaca la capacidad de aprendizaje y el optimismo frente al liderazgo

ISABEL GARCÍA

Sus autores avanzan que más de una conclusión puede resultar sorprendente. Por ejemplo: las empresas valoran más la capacidad de aprendizaje y de trabajo en equipo de los recién licenciados que su conocimiento de lenguas extranjeras o su liderazgo. Es lo que dice el estudio sobre la identificación de los valores y competencias demandados por el mercado laboral a los titulados universitarios. Lo ha realizado la Fundación Universidad Carlos III de Madrid tras entrevistar a 1.317 profesionales con capacidad de decisión en la selección de personal.

Con el informe se pretende esbozar cómo será el panorama laboral de aquí a cinco años. Sus responsables tienen claro que las competencias técnicas (es decir, la formación universitaria tradicional) ya no son suficientes y que los empresarios apuestan cada vez más por los complementos. Como la capacidad de aprendizaje (valorada por el 85,4% de las compañías), el trabajo en equipo y la cooperación (73,7%), la responsabilidad en el trabajo (67,4%), una actitud optimista (60,1%), la capacidad de adaptación a nuevos entornos (58,7%), la orientación al cliente (58,2%) o la resolución de problemas (56,8%).

LA FORMACIÓN CONTINUA. Otro de los requisitos que, en principio, no aparecía en el cuestionario y que recogieron de forma espontánea los encuestados fue la fidelidad a la empresa. También suma puntos el prestigio de la Universidad en la que ha estudiado el candidato, el tiempo que ha tardado en acabar la carrera y la puntuación obtenida en ella. José Manuel Torralba, vicerrector de investigación y vicepresidente ejecutivo de la Fundación, analiza estas conclusiones: «La formación universitaria y el buen expediente académico es básico pero no suficiente para encontrar trabajo. Se valoran otras cosas como la capacidad de aprendizaje, lo que muestra la importancia de la formación continua a lo largo de la vida mediante posgrados, másters, cursos para actualizar los conocimientos…».

En cuanto a las habilidades que los empresarios califican de menos importantes a la hora de contratar a un recién licenciado destacan la capacidad de liderazgo (según el 43,3% de las industrias consultadas), de negociación (36,4%), el conocimiento de una lengua extranjera (31,3%), la creatividad e innovación del titulado (18,7%), la aplicación de los conocimientos téoricos a la práctica (14,4%), la manera de afrontar el estrés (10%) y el grado de tolerancia respecto a la frustración (9,2%).

A Jesús Gallego, director gerente de la Fundación, le ha llamado la atención que el conocimiento de idiomas no sea una prioridad empresarial, pero matiza: «Ha sido una sorpresa, aunque hay que tener en cuenta que el 23% de las compañías participantes son pequeñas o medianas y suelen trabajan únicamente en España. Sin embargo, las multinacionales sí consideran esencial que sus empleados dominen no sólo una lengua, sino dos o más».

El informe también pasa revista a las características requeridas según el área de especialización del universitario. En el caso de los ingenieros, se valora que puedan trabajar en equipo, que sean responsables y que muestren una actitud optimista. Si los licenciados proceden del sector de la enseñanza o la informática se les pide que resuelvan los problemas sin vacilaciones. De los titulados que se han especializado en automoción, química o recursos energéticos se busca su flexibilidad y su capacidad de aprendizaje y de adaptación a nuevos entornos. La orientación hacia el cliente es básica para los futuros empleados de banca, cajas de ahorros, informática o teleco.

ESTUDIOS MÁS PRÁCTICOS. Los autores del estudio son conscientes de que muchas de las cualidades que demandan las empresas no se enseñan en la Universidad. Para solventar el problema, ponen sus esperanzas en el futuro Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), que supondrá la reforma de los sistemas universitarios en más de 40 países.

El nuevo marco será menos teórico, ya que se medirá el esfuerzo del alumno a través de trabajos, exposiciones orales y prácticas, no sólo exámenes. Todo esto, con los nuevos créditos ECTS. «La carga de trabajo será de 60 créditos, lo que equivale a 1.500 horas, no sólo lectivas. Es muy significativo ya que un empleado trabaja 1.800 horas al año, por lo que el alumno tendrá que esforzarse mucho más», detalla Torralba. Para sondear el nuevo sistema, la Carlos III comenzará a impartir dos titulaciones piloto el próximo curso.

https://www.elmundo.es/universidad/2005/04/27/campus/1114602979.html