Era de Toscana (Italia) y en el año 523 fue elegido sumo Pontífice. Entonces gobernaba el rey Teodorico, que apoyaba la herejía de los arrianos. Sucedió que el emperador Justino de Constantinopla decretó cerrar todos los templos de los arrianos de esa ciudad. El rey Teodorico obligó al Papa Juan I a que fuera a Constantinopla y tratara de obtener que el emperador Justino quitara las leyes contra los arrianos. Juan no tenía ningún interés en que apoyaran a los herejes. De este modo, lo encarceló y murió debido a los malos tratos que recibió.