Según la tradición antigua, Santo Tomás Apóstol fue martirizado en la India el 3 de julio del año 72, donde estuvo evangelizando. También lo hizo en Persia. El Santo Evangelio narra tres episodios de este apóstol. De los cuales el hecho más famoso de Tomás es su duda acerca de Jesús resucitado y su admirable profesión de fe cuando vio a Cristo Glorioso. Una virtud que tenía era que cuando se convencía de sus creencias las seguía hasta el final. Por eso, hizo una profesión de fe y propagó el Evangelio hasta morir martirizado por proclamar su fe en Jesucristo resucitado.