Antes se pilla a un mentiroso que a un cojo…
El mentiroso llega a situaciones tan ridículas como plantearse que todos le mienten, que todos son como él; ¡el tiempo que pierde un mentiroso planeando cómo salir de sus enredos sin ser cazado! Y luego, como se ve en la anécdota que ofrecemos a continuación, qué pronto se le pilla…

La mentira del soldado herido

Un soldado herido en una pierna rogó a su compañero que lo llevase a la enfermería. Le cargó en la espalda y se lo llevó a remolque. Pero sucedió que en el camino una bala de cañón arrancó de cuajo la cabeza del herido sin que el porteador se percatase. Al llegar al médico de guardia se encontró con esta pregunta:
– ¿Y qué quieres que haga con un hombre sin cabeza?
Sólo entonces se volvió para mirar el cuerpo de su compañero y exclamó:
– ¡Ah mentiroso! Y me había dicho que estaba herido en una pierna…

Albino Luciani
Ilustrísimos Señores Páginas 144 y 145