Desde niño, Lorenzo, que nació en Venecia en 1381, abrigó el deseo de ser santo. Con 19 años sintió la llamada de Dios y se entregó a la búsqueda de la ciencia y el amor de Dios. Poco después de ser ordenado sacerdote en 1406, le nombraron preboste de San Jorge y, para instruir a sus discípulos, trataba de inculcarles la más sincera humildad. El Papa Eugenio IV nombró a San Lorenzo para la sede arzobispal de Castello. Fue admirable su piedad sincera hacia Dios y la grandeza de su caridad hacia los pobres. Dejó algunos escritos ascéticos muy valiosos. Falleció el 8 de enero de 1455, aunque su fiesta se celebra en este día, cuando recibió su consagración episcopal. Fue canonizado en 1690.