Hoy se celebra la festividad de los Santos Cornelio (papa) y Cipriano (obispo), que testimoniaron su amor por la verdad indefectible ante Dios y el mundo. Cipriano se convirtió cuando tenía 40 años. Cuando recibió el Bautismo descubrió la fuerza del Espíritu Santo y se consagró al celibato. Antes, los libros mundanos eran de su agrado, pero los renunció para dedicarse al estudio de las Sagradas Escrituras. Por su parte, Cornelio fue nombrado Papa en 251. Su elección no fue aceptada por Novaciano porque le acusaba de ser un libelático. Cipriano apoyó a Cornelio. El emperador Galo envió al Papa a Civitavecchia. Allí terminó sus días y fue enterrado en las catacumbas de Calixto.