La costumbre cristiana de pedir «una buena muerte»
Muchos piden a Dios que les lleve sin ruido, sin dar la lata; que mueran en estado de gracia. Realmente son pocos los que pueden escoger cómo van a morir; no nos referimos a los condenados o a la eutanasia o suicidio. Estos se juegan el alma; y con eso no se juega.
Decía tristemente aquel fumador: de algo nos tenemos que morir. Aun así hay formas «divertidas» de morirse (valga la tontería).
Sigue un sorprendente ejemplo de tipo de casi-muerte por «enterramiento en jamón»…
Sepultados bajo un centenar de jamones
Según la persona que requirió los servicios de emergencias, una percha con unos cien jamones cayó desde una altura de unos nueve metros encima de dos trabajadores, que quedaron atrapados.
En el lugar del accidente se personaron agentes de la Guardia Civil, Bomberos de la Diputación de Valladolid y miembros de la Gerencia de Emergencias Sanitarias de Sacyl, que activó un equipo médico de Coca y un soporte vital básico. Los facultativos atendieron a los heridos, A.B.R.L. y J.L.G.M., respectivamente, en el lugar del accidente y ordenaron su traslado en soporte vital básico al Hospital General de Segovia.
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