Isabel nació en 1207 en Hungría, hija del rey Andrés II. Casó muy pronto pero su marido murió a causa de una plaga quedando Isabel viuda a la temprana edad de veinte años. El matrimonio había sido feliz y en amor, a pesar de haber sido un matrimonio arreglado por los padres, pero Isabel superó el dolor y continuó dedicando su riqueza a los pobres, construyó hospitales y se convirtió en un símbolo de caridad cristiana. Expulsada por sus cuñados del castillo de Wartemburg, pudo vivir totalmente el ideal franciscano de pobreza, muriendo tan sólo cuatro años después, tal día como hoy en 1231.