¿Dónde queda en nuestra vida espacio y tiempo para la oración, para el silencio, para el descanso –el descanso que Dios observó el séptimo día de la creación, el mismo que también mandó santificar a los humanos? Para conseguir un sano equilibrio o para mantenernos en él es necesario, al lado de nuestros quehaceres, pasar una parte de nuestro tiempo en el silencio y el descanso santificados por Dios. La profunda paz de cuerpo, alma y espíritu que se adquiere en la oración de quietud nos libera de los dolorosos impactos que se interponen en nuestro camino y nos acerca más a la raíz y fundamento de la creación, Dios. Dada la limitación de nuestra naturaleza humana, podemos y debemos retirarnos una y otra vez al silencio para no hundirnos en la vaciedad o incurrir en algún tipo de patología. No es de recibo que caigamos en tensiones que nos alienan cada vez más de nuestra verdadera vida. El Dr. PETER DYCKHOFF, nacido en 1937, estudió Psicología y durante varios años ejerció de gerente de una mediana empresa. Con cuarenta años se aventuró a un nuevo comienzo y estudió Teología en las universidades de Münster, Innsbruck y Brixen. Ordenado sacerdote en 1981, trabajó en pastoral parroquial y como capellán de hospital y de peregrinaciones. Reconocido experto en la “oración de quietud”, en 2006 fue promovido al doctorado en Teología con una tesis sobre el tema. Sus ricas experiencias como director de cursos de espiritualidad las transmite a sus lectores a través de programas de televisión y en numerosos libros y publicaciones.