La propuesta de este libro es muy sencilla. Se toma un texto de un autor, sea narrativo, descriptivo o dramático. El autor puede ser local o universal, muerto o vivo, clásico o bestselleriano, ruso o chino. El canon está abierto a la intención de quien elija y seleccione. No tiene por qué ser siempre el Gobierno quien decida nuestras lecturas. El autor elegido puede ser Horacio, Berceo, Faulkner, Sterne, Baroja, Grass, Mann, Tolstoi, Calvino, Monterroso, Balzac o Proust. Pero, también, Stevenson, Salgari, Karl May, Wells, Carrol, Collodi, Crompton, Fernández Paz, Gisbert… La clave está en leerlos de forma consciente, con una intención. Y sabiendo que todo texto es singular por su poder cognitivo, emocional, lingüístico, ético, axiológico o metafórico, su lectura consistirá en descubrir esa singularidad para, a continuación, apropiársela vía individual o colectiva. Hecho esto, el método se basará en imitar de forma seria o paródica el texto elegido, poniendo en la propia escritura las inquietudes, sensaciones y pensamientos que tenga el lector.