Se abordan en este libro dos grandes bloques temáticos. El primero sobre los derechos de los grupos, con particular referencia a los derechos de los pueblos indígenas; el segundo sobre la inmigración. Tanto las comunidades indígenas como los grupos de inmigrantes constituyen, con frecuencia, grupos minoritarios de personas con rasgos étnicos y culturales distintos a los de la mayoría de la sociedad en que se incardinan. Estos grupos se han incorporado a la lucha por los derechos humanos reclamando el respeto por sus peculiaridades culturales y por su integridad colectiva. Se añaden para formar el libro tres trabajos más sobre otros aspectos del mismo problema. Uno sobre la dimensión relacional de la autonomía individual que la secular y persistente discriminación de las mujeres ha puesto de relieve; el segundo sobre la contraposición entre el derecho de las personas individuales a la intimidad y la exigencia de transparencia de las administraciones públicas; el tercero, que abre el libro, trata de argumentar que la tensión autonomía individual-autonomía colectiva está latente en la teoría y en la práctica de los derechos humanos desde el momento mismo de su invención, invención encaminada a proteger la autonomía individual. En todos estos problemas se manifiesta esa tensión no definitivamente resuelta entre la autonomía individual y la autonomía colectiva, entre los derechos del individuo y la soberanía del Estado, entre unos derechos que se conciben y proclaman como universales pero cuya satisfacción y protección queda en gran parte circunscrita al ámbito particular de la ciudadanía. Estas tensiones están hoy día determinando en gran medida la agenda filosófica y la agenda política.