Pocas o ninguna de las figuras que intervinieron en la conquista material y espiritual del Nuevo Mundo, en su civilización y cristianización, han sido más discutidas y diversamente interpretadas como la de Bartolomé de las Casas. Muchos le han honrado de mil maneras, a la vez que muchos otros se han complacido en verter sobre su nombre multitud de improperios. Nunca hubo unanimidad en el juicio acerca del obispo de Chiapas. No obstante, el interés por Las Casas creció de nuevo a lo largo del siglo XX, y continúa hoy día con la aparición de nuevos estudios en los albores del XXI. Es urgente y muy necesario aún buscar un mayor equilibrio en la presentación del obispo de Chiapas reconociendo a la vez sus cualidades y la aportación de su teología, así como sus defectos y sus límites.